Sabiduría y Valor

Sabiduría y Valor

El saber y el valor alternan grandeza. Porque lo son, hacen inmortales; tanto es uno cuanto sabe, y el sabio todo lo puede. Hombre sin noticias, mundo a oscuras. Consejo y fuerzas, ojos y manos: sin valor es estéril la sabiduría.

Baltasar Gracián

Aforismo #4, El Arte de la Prudencia

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Reflexión

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Para los más jóvenes

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Referencias

Reflexión

Otra simbiosis como la que vimos en el aforismo #2 entre Inteligencia y Carácter, ahora entre Sabiduría y Valor. Esta vez da un paso más al relacionar dos conceptos derivados de los primeros. La sabiduría, como derivado de la inteligencia, y el valor consecuencia del carácter.

Gracián nos presenta la sabiduría como una medida del tallaje de un individuo, directamente proporcional a su ésta. Pero nos anticipa que, al igual que la altura de una persona depende de la longitud de su pierna, se necesita desarrollar un par de ellas para poder moverse sin limitaciones. 

Nos reitera que no sirve de gran cosa la Sabiduría (ni la inteligencia) sin el Valor (y el carácter).

Si bien la sabiduría es un concepto intuitivo, y se puede definir como el grado más alto de conocimiento. El valor es más escurridizo. ¿Qué se entiende por una persona valiente?  Solo se puede ser valiente si se percibe el peligro en toda su dimensión y se aceptan las consecuencias de éste por un motivo más elevado. El temerario que se lanza audazmente sin ser consciente del peligro no puede ser tomado por valiente. Para ser valiente hay que sentir miedo, y afrontarlo hasta sus últimas consecuencias. Hay que temer, el miedo no es sinónimo de cobardía. Es cómo se responde ante el miedo lo que diferencia a un valiente de un cobarde.

Y aquí es donde se cierra el círculo, sólo con un profundo conocimiento se puede llegar a evaluar cada una de las posibles consecuencias de una acción, y esto conlleva inherentemente el temer las más desfavorables. Es por esto que la combinación de conocimiento y decisión, la voluntad guiada por unos principios y valores, nos hace, en palabras de Gracián, inmortales.

“… el valor es un medio entre el miedo y la audacia”

Aristóteles, Moral a Nicómaco (libro III, cap. VII)

Para los más jóvenes

Desde pequeños, y sobre todo los chicos, se tiende a malinterpretar el verdadero significado del valor. Sobre todo porque la ignorancia es atrevida. Ser valiente no es ser más pendenciero o responder a todas las provocaciones. Se ve al valiente cuando éste participa en clase, superando la vergüenza inicial a la crítica de otros compañeros más inmaduros, cuando se denuncian injusticias que ocurren a otras personas, cuando se tiene la fortaleza cómo para saber decir NO cuando te ofrecen el primer cigarrillo o bebida alcohólica (o incluso drogas!), aunque tu círculo de amistades lo haga y te anime. Tener la valentía es seguir el consejo de tus padres y profesores, aunque sea impopular entre otros amigos. Si no te aceptan por esto, es que a lo mejor no son los amigos que tu creías que eran.

También ser valiente es tener la valentía para no ser un borrego más del rebaño, para pensar por ti mismo y no dejarte llevar unicamente por lo que digan otros, porque no olvides que sólo el pez muerto sigue siempre la corriente.

Sobre Hombros de Gigantes

Sobre Hombros de Gigantes

Todo está ya en su punto, y el ser persona en el mayor. Más se requiere hoy para un sabio que antiguamente para siete; y más es menester para tratar con un solo hombre en estos tiempos que con todo un pueblo en los pasados.

Baltasar Gracián

Aforismo #1, El Arte de la Prudencia

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Reflexión

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Para los más jóvenes

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Referencias

Reflexión

Este aforismo está hoy más vigente si cabe que cuando lo escribiera Gracián hace trescientos cincuenta años.

Nos hace caer en la cuenta de cómo las personas cada vez estamos más (in)formadas y esto hace que sea cada vez más difícil para el “sabio” llegar a lo que llamamos frontera o límites del conocimiento. Y mucho más dificil el poder traspasar esos límites y empujar esa frontera invisible, para ensanchar los límites del saber.

Aún así, la información hoy en día está más accessible que nunca. Jamás fué tan fácil consultar datos y todo tipo de estudios. Wikipedia, la gran enciclopedia de nuestros días, ha superado con creces aquel avance del periodo de la Ilustración que fue la Enciclopedia de Diderot. Ni siquiera Issac Asimov, en su saga Fundación, hubiera soñado con un Enciclopedia Galáctica como la actual Wikipedia. Con ella, como exponente de lo que ha supuesto la Web 2.0, se puede decir que la humanidad ha dado un descomunal paso de gigante hacia la nueva era del Conocimiento y de Información en la que nos encontramos inmersos. Pero nada de esto parece estar exento de riesgos. Es más, aparecen nuevos y de los que carecemos de precedentes.

Sí, hay mucha más información disponible. Pero hay que saber buscarla y, lo que es aún más importante, cuestionarla y pasarla por el tamiz de la razón. Leer con un abierto pero riguroso espíritu crítico. Ser conscientes de que hoy por hoy el poder de antiguos gobiernos y censores, ha sido reemplazado (no eliminado) por otros poderes fácticos como Google, Facebook, etc… La información está ahí, a golpe de click. Pero no todas las fuentes llegan a nosotros de manera equitativa justa. Se pondera y filtra según algoritmos diseñados por agentes parciales, que no buscan el saber general sino criterios fundamentalmente distintos, en la mayoría de las ocasiones puramente lucrativos.

Para terminar, y volviendo al aforismo de Gracián, rescato una antiquísima metáfora, popularizada por la famosa cita de Sir Isaac Newton que escribiera en una misiva a Robert Hooke, tan solo unos años después de la publicación de este aforismo, y que ha de ser una máxima para todo el que aspire a avanzar y ensanchar esos límites del conocimiento a los que me refería anteriormente,

“Si he visto más lejos, es poniendome sobre los hombros de gigantes”

Sir Isaac Newton, carta a R. Hooke 1675

Para los más jóvenes

Este aforismo nos hace reflexionar sobre la importancia de los clásicos, del estudio de aquellos que marcaron el pensamiento y lograron avanzar en el conociminento hasta nuestros días. Para que la humanidad avance vosotros, los “sabios” del mañana, no podéis perder de vista todo lo que os precede. La labor es ingente, mucho más de lo que fué para nuestros antepasados, pero la información de la que disponéis es enorme. Sólo necesitáis un guía, un modelo, un buen mentor o profesor que os marque una hoja de ruta para ir descubriéndolos de forma estructurada. Acercaos a quien sabe más y, con espiritu crítico y humildad, subiros sobre sus hombros para divisar el lejano horizonte del saber, donde nunca se pone el sol.