¿Cúal es el trabajo ideal?

¿Cúal es el trabajo ideal?

Aforismo #67 – Preferir los Empleos plausibles. 

Aforismo #104 – Tener tomado el pulso a los empleos.

Baltasar Gracián

El Arte de la Prudencia

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Para los más jóvenes

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Reflexión

Un tema tan vigente hoy como en tiempos de Baltasar Gracián. Que aborda los criterios más importantes a la hora de elegir nuestra profesión o empleo, según este importante pensador del Siglo de Oro Español.

Lo primero que identifica el jesuita es la dificultad de profesiones asociadas a conceptos como rectitud o cautela. Aquellos oficios que dependen de nuestras propias intenciones, presumiblemente buenas y rectas, son siempre más llevaderas ya que por definición no se enfrenta en oposición a las intenciones, presumiblemente malas, de otros. Por el contrario, cuando se necesita cautela hay que invertir mucho esfuerzo en estar atento. Esto añade dificultad y un gasto extra de energía que rara vez obtiene recompensa.

La gestion de personas parece ser otro aspecto clave a tener en cuenta. La tarea de dirigir a personas puede llegar a ser dificil y requerir elevadas dosis de esfuerzo, pero si a quien se dirige carece de sentido comun o es falto de conocimiento la cosa se puede complicar, y mucho.

Se recomiendan en general oficios que sean relevantes y de reconocido prestigio, pero evitando la monotonía. Embarcarse en proyectos interesantes, con impacto y que alimenten el interés con objetivos y retos nuevos y frecuentes, sin llegar al hastio o artazgo. En esto hay que hacer un esfuerzo mental para trasladarse mentalmente a la época del autor. En torno a la segunda mitad del XVII el ritmo de cambios no era ni mucho menos como el que conocemos hoy día. No puede por tanto interpretarse con los parámetros actuales. No obstante, es claro que la novedad genera interés y refuerza la motivación, tanto hoy como ayer.

 Nos dice que es preferible una ocupación que tenga visibilidad, que esté reconocida. En una palabra, que luzca. ¨…El hombre grande preferirá los empleos célebres que todos perciban¨ dice (af. #67). Reconoce que  hay empleos importantísimos pero quedan en la sombra y son invisibles para el resto. 

También se aboga por lo que denomina una ¨dependencia distante¨. Lo que se interpreta por un lado, como aquellas profesiones libres e independientes. Aquellas que tradicionalmente han desempeñado médicos, abogados, artistas, autores, etc… Donde el profesional trabaja por cuenta propia. En tiempos de Baltasar no existía aún el concepto de alienación de la clase obrera que introdujera el Marxismo, ya que aún quedaba mas de un siglo para que comenzara la Revolución Industrial.

También es interesante cómo define la ocupación ideal. Sería aquella en la que se trabaja más con la cabeza que con el esfuerzo físico. En la actualidad gran parte del trabajo físico ha sido relegado a una cada vez más desarrollada y especializada maquinaria. Pero esto es algo relativamente nuevo. No obstante Gracián tiene claro que su trabajo ideal se basa en aquel donde el esfuerzo sea mental y no físico. Algo que queda patente al calificar como peores empleos aquellos en los que el pan se gana con el sudor de la frente.

Pero con este análisis, ¿qué trabajos serían ideales a ojos del filósofo turiasonense?. Pues podría decirse que profesiones como la de escritor, artista, filósofo, científico, médico, ingeniero, profesor, inventor, etc… podrían cumplir perfectamente los criterios de autonomía, relevancia, variedad, intelectualidad e individualidad que mejor valora este aforismo. Por el contrario, profesiones como político, policía o militar,  agricultor, conductor, y un sin fin de profesiones en las que se basa la sociedad actual, podrían considerarse poco atractivas o difíciles de sobrellevar ateniendonos a los criterios expuestos, si bien no serían por ello menos necesarias en el modelo social y productivo vigente.

No obstante, para terminar, es notable que en ningún momento se haga mención alguna a la remuneración en el trabajo. De hecho, muchas de las profesiones más rentables en términos económicos estarían mal posicionadas a tenor de los criterios analizados. Casos notables como el de los políticos, ejectivos de grandes corporaciones, financieros, deportistas, además de un largo etcétera, caerían en categorías inferiores. Aunque se podría pensar que en tiempos del Barroco no existían dichas profesiones, tal y como las conocemos hoy, no parece que el criterio económico sea un vector relevante en su analisis.

Para los más jóvenes

La elección del oficio, y su armonización con la vocación personal, es un tema muy importante cuando se es joven. Aunque no es algo fijo de por vida, y puede evolucionar, lo cierto es que una mala elección puede ser dificil de remontar con el tiempo. Es por esto, que es de gran importancia dedicar el tiempo necesario y no dudar nunca en pedir consejo a las personas adecuadas, que pueden ser tanto padres como tutores, o personas adultas del entorno mas cercano, especialmente si han destacado en el desempeño de su oficio.

Por último, me viene a la memoria una frase de Steve Jobs que pienso que Gracián compartiría hoy en gran medida. Y es que, independientemente de lo que hagas, si persigues tus sueños, no habrá mejor trabajo para tí que el que te acerque a ellos. Y si además con ello contribuyes a que este mundo sea un poco mejor, aunque sea sólo un poco, llegará un día en que al hacer repaso a tu vida, te reconfortará y llenará de paz echar la vista atrás y ver el camino recorrido.

Si no trabajas por tus sueños, alguien te contratará para que trabajes por los suyos.

Steve Jobs

Co-fundador de Apple

¿Sabemos realmente lo que significa ser una persona madura?

¿Sabemos realmente lo que significa ser una persona madura?

Hombre en su punto. No se nace hecho: vase de cada día perfeccionando en la persona, en el empleo, hasta llegar al punto del consumado ser, al complemento de prendas, de eminencias. Conocerse ha en lo realzado del gusto, purificado del ingenio, en lo maduro del juicio, en lo defecado de la voluntad. Algunos nunca llegan a ser cabales, fáltales siempre un algo; tardan otros en hacerse. El varón consumado, sabio en dichos, cuerdo en hechos, es admitido y aun deseado del singular comercio de los discretos.

Baltasar Gracián

Aforismo #6, El Arte de la Prudencia

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En esta ocasión vamos a desgranar el concepto de madurez que Baltasar Gracián plantea en su sexto aforismo. Una análisis del concepto de madurez que, si bien podría ser extrapolado a cualquier ámbito vital, Baltasar parece enfatizar más en aquellos aspectos asociados con el desempeño laboral.

Pero, ¿cómo se reconoce a una persona que ha llegado a la plenitud de su madurez?. Según lo expuesto en el aforismo, 

  • “en lo realzado del gusto …”: a medida que vamos madurando, al igual que buen vino,  empezamos a desarrollar gustos más elevados y refinados. Sabemos apreciar sutilezas y complejidades que no eran antes tan evidentes. Un ejemplo puede ser la música. Muchas personas van refinando sus gustos en la música a la vez que maduran y miran hacia atrás con asombro cómo les pudieron gustar ciertos géneros musicales más “bastos” en su juventud. 
  • “… purificado del ingenio“: la inteligencia cristalizada, desarrollada durante años de continuo aprendizaje y mejora activa, alcanza su momento álgido en la madurez, cuando el individuo que ha estado atento a la corrección de sus áreas menos maduras, se ha dotado de estrategias y recursos que le han ayudado a encontrar el equilibrio en su vida personal y laboral.
  • “… en lo maduro del juicio”: La experiencia acumulada, que al igual que el diamante necesita tiempo para cristalizar, de lo contrario se convertirá en simple grafito, servirá de catalizador necesario para proporcionar la solidez intelectual necesaria para alcanzar la plenitud de la madurez. Pero esto no es solo dejar pasar el tiempo, de una forma pasiva. Necesita de una intención activa, de una voluntad clara de mejorar. Avanzar hacia un objetivo. En la dirección que nos hemos marcado. ¿Cómo saber cuál es esa dirección y si es la correcta? Mediante el conocimiento propio y una equilibrada valoración de nuestras fortalezas y debilidades. Nuestras virtudes y defectos. Desprovistos de un narcisismo que nos impida identificar los puntos a mejorar, y de un perfeccionismo excesivo que nos lastre a la hora de explotar nuestros puntos fuertes.
  • “… defecado de la voluntad”: Si, imagino la cara que debes estar poniendo, pero en su contexto lingüístico e histórico original, esto no quiere significar otra cosa que la limpieza de la voluntad (libre de impurezas y excrementos). Una voluntad clara y cristalina, libre de manchas. Una voluntad regida por una elaborada estructura ética y moral, que dirija la conducta de la persona madura. Esto se observa en la honestidad, la empatía hacia los demás, el altruismo, el desapego por lo efímero y la humildad. Un sentido elevado de la justicia, la amistad, la lealtad. Pero también una apertura hacia lo diferente, hacia lo distinto, sin el temor propio de la inmadurez intelectual. Sin prejuicios simplistas que sesguen la percepción, cercenando la riqueza que proporciona el pensamiento divergente. Que necesariamente debe ser divergente en su primera fase arbórea, para después converger usando la razón y la lógica.

Estos podrían ser los elementos que conforman la madurez a la que se refiere Gracián.  Se basan en una mejora constante, que no cesa completamente nunca. Salvo cuando se tiene la percepción errónea de que se ha alcanzado la perfección absoluta. Indicativo claro de que se ha tomado un camino equivocado. 

Para alcanzar este estadío de madurez es fundamental conocerse bien y ser consciente de aquellos puntos que son susceptibles de un ajuste más fino, buscando siempre ser la mejor versión de uno mismo. Para ello no se debe caer en un perfeccionismo exacerbado, obsesivo y negativo, un perfeccionismo paralizante, sino en una sana evaluación de nosotros mismo y de nuestro entorno que nos motive a mejorar sin obsesionarnos. Hay mucha belleza en la imperfección. El ser humano es imperfecto por naturaleza, y eso lo hace bello. El arte, como expresión humana, debe ser lo más perfecto dentro de lo imperfecto. Pero esto es un tema que merece ser discutido más en profundidad en un artículo dedicado.

Para los más jóvenes

La madurez es un proceso lento, que empieza desde que tenemos uso de razón y no termina nunca. Tan solo se acelera o desacelera. Se podría decir que la madurez es la derivada de la experiencia, y ésta a su vez la derivada del conocimiento. Un conocimiento en todas las áreas, pero sobre todo en uno mismo. En saber cúal es tu potencial. Un potencial que si desconoces correrás el riesgo de no desarrollar. 

No te dejes etiquetar, las personas no somos algo estático e invariable. Cambiamos continuamente. Los únicos límites reales para evolucionar hacia una persona madura y equilibrada te los pones tú. Esos límites solo existen si los dejamos instalarse en nuestra mente. Lucha por derribarlos y habrás ganado una de las batallas más importantes en tu vida.

 

Hacerse indispensable: crear vínculos de dependencia como estrategia

Hacerse indispensable: crear vínculos de dependencia como estrategia

Hacer depender. No hace el numen el que lo dora, sino el que lo adora: el sagaz más quiere necesitados de sí que agradecidos. Es robarle a la esperanza cortés fiar del agradecimiento villano, que lo que aquella es memoriosa es éste olvidadizo. Más se saca de la dependencia que de la cortesía: vuelve luego las espaldas a la fuente el satisfecho, y la naranja exprimida cae del oro al lodo. Acabada la dependencia, acaba la correspondencia, y con ella la estimación. Sea lección, y de prima en experiencia, entretenerla, no satisfacerla, conservando siempre en necesidad de sí aun al coronado patrón; pero no se ha de llegar al exceso de callar para que yerre, ni hacer incurable el daño ajeno por el provecho propio.

Baltasar Gracián

Aforismo #5, El Arte de la Prudencia

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Reflexión

La escena es muy habitual y se puede entender fácilmente. Pensemos por un momento cuál ha sido la estrategia de marketing que han seguido las empresas más exitosas del momento. ¿Cuál es su modelo para introducirse en un mercado y crecer? Cualquiera puede ver que la estrategia más usada es la de crear un vínculo de dependencia. 

Casi siempre se empieza por prestar un servicio sin pedir nada a cambio. Lo ha hecho Google con Youtube o Photos, por poner un ejemplo, pero hay infinidad de ellos. En el momento que estás atrapado y eres tan dependiente de su servicio que no concibes otra manera de hacer las cosas, ellos cambian las condiciones y te hacen pagar por él o atenerte a las consecuencias. En todo este proceso consiguen disuadir o desincentivar cualquier iniciativa que pudiera competir o erigirse como solución alternativa.

Otro ejemplo podemos encontrarlo en el mercado petrolero. La OPEP regula los precios de forma que se establezca una dependencia duradera y muy lucrativa. Todos recordamos cómo entre 2010 y 2012 el precio del petróleo subió a niveles difíciles de asumir en un momento en el que muchas economías, dentro y fuera de Europa, intentaban salir del pozo en el que la Gran Recesión provocada por la caída Lehman Brothers de 2008 las había sumergido. Esto originó que surgieran alternativas serias al petróleo, como el controvertido Fracking. ¿Quien recuerda ahora el Fracking? Nadie. ¿Qué hizo la OPEP? Aumentar la producción con el fin de provocar una bajada de precios tal que se consiguiera disuadir a los consumidores de buscar cualquier otra alternativa a su ya larga y consolidada dependencia con el petróleo.

Cabría preguntarse si esto puede considerarse correcto desde un punto de vista ético o moral. Para ello podríamos empezar por analizar si se vulnera algún tipo de libertad en el sujeto dependiente. ¿Era consciente de lo que hacía cuando estableció dicho vínculo? ¿O quizá podría haber optado por prescindir de la supuesta necesidad? ¿Tiene el individuo la libertad para romper dicha relación o está tan privado de la voluntad que no puede desasirse de ella? Obviamente no estamos hablando de una relación del tipo yonqui-camello, donde el drogodependiente tiene tan mermadas sus facultades que es incapaz de romper dicho vínculo. Esto es por supuesto algo deleznable y nada ético. Pero este aforismo trata de otro tipo de dependencia. Aquella que es voluntariamente aceptada y mantenida. Aquella que reporta tal beneficio en el dependiente que, al sopesar éstos frente a los posibles inconvenientes, y en pleno uso de facultades, decide libremente aceptar la condición de dependiente.

Hacerse indispensable es una estrategia que puede ser muy rentable también en el ámbito laboral. Pero no se debe hacer de cualquier manera. No todo vale, y Gracián lo indica muy bien en su aforismo. Para lograr ser indispensable en el entorno laboral puede haber muchas vías, pero quizá la más poderosa es la gestión de la información. Quien tiene la información juega siempre con ventaja. Y el retenerla u ocultarla con el fin de crear una dependencia puede ser contraproducente ya que genera recelo y un ambiente hostil que a la larga provoca estancamiento, ya que no favorece el desarrollo propio ni ajeno. Es mucho más saludable, y a su vez efectivo, el saber dosificarla pero sin llegar a ocultarla. Tal y como ya se indicaba en el Aforismo 3.

También se puede hacer uno indispensable siendo servicial con el entorno, sobre todo con el jefe, y siempre que no se comprometan los objetivos encomendados por un exceso de predisposición. Esto habrá que hacerlo como todo, con mesura para no provocar recelos innecesarios. 

En el ámbito familiar y personal, la mejor manera de hacerse indispensable es generando buen ambiente y ofreciendo mucho amor. ¡Esto engancha como una droga dura!

 

Para los más jóvenes

Te puede interesar ser percibido como persona de la que difícilmente se puede prescindir en aquellos círculos o relaciones de los que esperas absorber experiencia y conocimiento. Asistir a profesores o tutores, tanto en el colegio como en otros ámbitos educativos, no debe ser visto como servidumbre sino como una forma de mostrar respeto y reciprocidad, además de una manera astuta de mantener siempre un estrecho vínculo entre la fuente del conocimiento y tú.

Sabiduría y Valor

Sabiduría y Valor

El saber y el valor alternan grandeza. Porque lo son, hacen inmortales; tanto es uno cuanto sabe, y el sabio todo lo puede. Hombre sin noticias, mundo a oscuras. Consejo y fuerzas, ojos y manos: sin valor es estéril la sabiduría.

Baltasar Gracián

Aforismo #4, El Arte de la Prudencia

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Reflexión

Otra simbiosis como la que vimos en el aforismo #2 entre Inteligencia y Carácter, ahora entre Sabiduría y Valor. Esta vez da un paso más al relacionar dos conceptos derivados de los primeros. La sabiduría, como derivado de la inteligencia, y el valor consecuencia del carácter.

Gracián nos presenta la sabiduría como una medida del tallaje de un individuo, directamente proporcional a su ésta. Pero nos anticipa que, al igual que la altura de una persona depende de la longitud de su pierna, se necesita desarrollar un par de ellas para poder moverse sin limitaciones. 

Nos reitera que no sirve de gran cosa la Sabiduría (ni la inteligencia) sin el Valor (y el carácter).

Si bien la sabiduría es un concepto intuitivo, y se puede definir como el grado más alto de conocimiento. El valor es más escurridizo. ¿Qué se entiende por una persona valiente?  Solo se puede ser valiente si se percibe el peligro en toda su dimensión y se aceptan las consecuencias de éste por un motivo más elevado. El temerario que se lanza audazmente sin ser consciente del peligro no puede ser tomado por valiente. Para ser valiente hay que sentir miedo, y afrontarlo hasta sus últimas consecuencias. Hay que temer, el miedo no es sinónimo de cobardía. Es cómo se responde ante el miedo lo que diferencia a un valiente de un cobarde.

Y aquí es donde se cierra el círculo, sólo con un profundo conocimiento se puede llegar a evaluar cada una de las posibles consecuencias de una acción, y esto conlleva inherentemente el temer las más desfavorables. Es por esto que la combinación de conocimiento y decisión, la voluntad guiada por unos principios y valores, nos hace, en palabras de Gracián, inmortales.

“… el valor es un medio entre el miedo y la audacia”

Aristóteles, Moral a Nicómaco (libro III, cap. VII)

Para los más jóvenes

Desde pequeños, y sobre todo los chicos, se tiende a malinterpretar el verdadero significado del valor. Sobre todo porque la ignorancia es atrevida. Ser valiente no es ser más pendenciero o responder a todas las provocaciones. Se ve al valiente cuando éste participa en clase, superando la vergüenza inicial a la crítica de otros compañeros más inmaduros, cuando se denuncian injusticias que ocurren a otras personas, cuando se tiene la fortaleza cómo para saber decir NO cuando te ofrecen el primer cigarrillo o bebida alcohólica (o incluso drogas!), aunque tu círculo de amistades lo haga y te anime. Tener la valentía es seguir el consejo de tus padres y profesores, aunque sea impopular entre otros amigos. Si no te aceptan por esto, es que a lo mejor no son los amigos que tu creías que eran.

También ser valiente es tener la valentía para no ser un borrego más del rebaño, para pensar por ti mismo y no dejarte llevar unicamente por lo que digan otros, porque no olvides que sólo el pez muerto sigue siempre la corriente.

Gestión de la Información para Triunfar: Cuándo mostrar tus cartas

Gestión de la Información para Triunfar: Cuándo mostrar tus cartas

Aforismo #3 – Manejar los asuntos con expectación

Aforismo #13 – Obrar con intención, con primera y con segunda

Aforismo #17- Variar el estilo de actuar

Aforismo #45 – Usar, no abusar, de las segundas intenciones

Aforismo #164 – Divulgar algunas cosas

Baltasar Gracián

El Arte de la Prudencia

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Reflexión

Gracián explota en estos aforismos el concepto de la gestión y dosificación de la información, y lo hace mediante pinceladas aparentemente inconexas que giran entorno a este tema de forma desordena, incluso caótica. Da la sensación de que las hubiera ido compilando durante algún tiempo y las vomitara todas en este texto sin cuidar mucho la forma o conexión, algo que iremos viendo en múltiples ocasiones en esta obra. Vamos a ir desgranando y analizando cada idea por separado para ir haciéndonos una idea de lo que nos quiere comunicar.

Los aciertos adquieren valor por la admiración que provoca la novedad (af. #3)

La novedad, ¿por qué provoca admiración? En efecto, la falta de precedentes nos induce a pensar que ha habido continuidad en el pasado, que siempre ha sido acertado, y por lo tanto induce a pensar que así será también en el futuro. Pero ojo, porque esto ocurre también en el polo opuesto y puede convertirse en desventaja. Novedad que yerra nace moribunda. Es por esto importante siempre poner especial énfasis e interés en la forma de presentar una novedad.

Mostrar las cartas de primeras ni gusta ni es útil (af. #3)

Lo que impresiona al ver un iceberg no es lo que se ve a simple vista, sino lo que no se ve bajo la superficie, lo que se deja a la imaginación. No dar demasiados detalles y elegir el nivel de información adecuado puede ser de gran utilidad en el terreno táctico, por contra, abrirse demasiado y en primera instancia puede percibirse como falta de contenido o liviandad.

 No descubrirse inmediatamente produce curiosidad, y si el puesto es importante surge expectación general. (af. #3)

Por el contrario, el hacerse esperar a la hora de mostrarse genera un interés genuino que mantiene al interlocutor atento y conectado al mensaje. Esta expectación se puede fácilmente propagar y acrecentar por si sola si la visibilidad y relevancia del sujeto es tal que abarque un colectivo amplio y suficientemente comunicado.

El misterio provoca veneración, por el mero hecho de ser secreto (af. #3)

Lo secreto atrae. Basta que nos digan que se trata de un secreto para que nuestro interés se acreciente, a veces de forma exacerbada. ¿Quién se ha resistido a no querer conocer un secreto? Por otra parte, el secretismo ha sido la miel que ha atraído a muchas a sociedades, como la masonería. El sentirse sabedor de un secreto nos hace sentir poder, sentir que tenemos más información que el resto y que tenemos el poder de decidir cuándo y cómo revelarla.

Incluso al darse a entender, se debe huir de la franqueza (af. #3)

La franqueza puede ser gratuita en ocasiones. No es necesario dar todo tipo de detalles sin necesidad, y no por eso se está mintiendo o faltando a la verdad. Saber dosificar la información y limitarla a lo estrictamente necesario suele ser la mejor estrategia como norma general.

Tampoco en el trato, se deben dejar ver los pensamientos íntimos a todos (af. #3)

La intimidad debe estar reservada a un círculo reducido. Mostrarse ligero a la hora de descubrir las intimidades al primero que pasa puede verse como despectivo con uno mismo e incluso grosero y vulgar.

El silencio recatado es el refugio de la cordura (af. #3)

El refranero popular está repleto de ejemplos que refuerzan esta afirmación. Refranes como… No hay mejor palabra que la que no se dice, son conocidos y ampliamente utilizados pero, ¿hasta que punto son correctos? De nuevo se trata de jugar a no descubrir tus cartas, decidir qué porción de información vas a poner en juego y cual va a quedar en la imaginación de los demás. Puede ser más efectivo en determinadas circunstancias que sean los demás los que complementen el mensaje poniendo ellos la pieza que falta, así con esto no solo economizamos sino que adaptamos la respuesta a cada interlocutor concreto. Pero hay que elegir bien los momentos y no abusar de esto por sistema. En ocasiones, no dar la respuesta adecuada en el momento oportuno puede ser contraproducente y contrario a los intereses particulares, además de favorecer malentendidos innecesarios.

No se estima una decisión si se hace pública, y al exponerse a la crítica, si es negativa, la mala suerte será doble. (af. #3)

El dar explicaciones públicas de por qué se toma una decisión, puede ser poco inteligente si no es estrictamente necesario. No se puede pretender que todo el mundo participe de las decisiones si estas no les atañen, a riesgo de favorecer la crítica improductiva, que además suele realimentarse generalmente de forma desbocada, generándose un efecto de bola de nieve difícil de revertir o controlar.

Es mejor imitar el poder divino para mantener a los hombres atentos y vigilantes. (af. #3)

Aquí Baltasar Gracián nos deja clara su condición de Jesuita e invoca a una Divinidad inaccesible que genera misterio y expectación, pero a la vez adoración y lealtad férrea, al menos para el creyente como él.

Variar el estilo de actuar. No obrar siempre igual. (af. #17)

Baltasar, en su obra, sugiere que juguemos al despiste. Evitemos ser previsibles (af. #13). Para ello pone un ejemplo que a mi me gusta mucho, … es más fácil matar al ave que tiene un vuelo uniforme que a la que tuerce su trayectoria (af. #17). Si se nos adivinan las intenciones, se nos anticiparán todos e irán por delante. El factor sorpresa siempre es importante. Pero la clave aqui no es actuar de una manera o de otra, sino variar continuamente para que no nos cojan la medida. Por eso cuando dice …Tampoco hay que actuar de segunda intención, pues entenderán la treta cuando se repita (af. #17). Se trata de cambiar el paso, amagar con querer hacer algo y hacer lo contrario. Pero hemos de ser astutos para no provocar desconfianza o recelo (af. #45) ya que podría volverse en nuestra contra. No podemos abusar de las segundas intenciones, actuando así de forma sistemática, tan sólo cuando la situación así lo pida y siempre con cautela.

 Por último, hacer uso del concepto “globo sonda” (af. #164) usado hasta la saciedad en muchos ámbitos. Se trata de divulgar algo para ver lo que ocurre y saber el terreno que se pisa. Ver la reacción y en función de ella seguir adelanta con la iniciativa o retirarla. Esto pasa continuamente en política, se usa a la prensa mediante supuestas “filtraciones” y se espera a ver lo que pasa. Para poder hacer esto en nuestra vida cotidiana, si no nos dedicamos a la política, es bueno identificar lo que yo denomino contactos “altavoz” especialmente dotados para propagar rumores de forma indiscreta, a los que puedes exponerlos a señuelos que, en cuestión de días serán vox populi, para después desmentirlos en caso de que la reacción no sea la esperada.

Para los más jóvenes

Honesto si, pero no siempre transparente. Saber elegir el momento en el que hay que ofrecer más o menos información es un arte que hay que dominar. Es fundamental, en muchos ámbitos pero sobre todo en el laboral, aprender a ser breve. Cualquier ingeniero, y sobre todo en el ámbito del software, sabe si es posible diseñar algo con menos elementos (o lineas de código) sin perjuicio del propósito para el que esta pensado, mejor hacerlo simple. Así se reduciran significativamente las posibilidades de fallas y se aumentará la robustez y fiabilidad.

Esto es aún más importante si cabe en una entrevista de trabajo. Hay que mostrar siempre conocimiento, confianza pero cuidar de que el mensaje se ciña a lo que se pregunta en la entrevista. No por querer demostrar que se sabe mucho se obtendrán mejores resultados. Brevedad y concisión en la respuesta son elementos esenciales para una buena entrevista. Los entrevistadores suelen ser jefes a los que no les sobra tiempo, y necesitan tener la mayor información disponible en el menor tiempo posible. Piensa en ello.

Por último, aprende a despistar. Así tendrás ventaja sobre los demás y evitarás que te pongan zancadillas aquellos que vengan con mala intención, que lamentablemente no serán pocos. ¿Has visto alguna vez cómo jugaba al baloncesto Magic Jhonson? Era un jugador excepcional. Había algo que lo hacía imparable en un contraataque, era imposible adivinar cómo sería la jugada. Jugaba al despiste de una forma magistral.

 

Carácter e Inteligencia

Carácter e Inteligencia

Genio e ingenio. Los dos ejes del lucimiento de prendas: el uno sin el otro, felicidad a medias. No basta lo entendido, deséase lo genial. Infelicidad de necio: errar la vocación en el estado, empleo, región, familiaridad.

Baltasar Gracián

Aforismo #2, El Arte de la Prudencia

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Reflexión

No basta con ser inteligente. La inteligencia es una herramienta al servicio de la voluntad. De poco sirve ser inteligente si no hay una voluntad o carácter que gobierne y controle esa potencia. Potencia sin control es igual de inútil que control sin potencia. La inteligencia puede propiciar una actitud perezosa. Para qué esforzarse, puede pensar el inteligente sin carácter, si con un minimo esfuerzo voy llegar con facilidad?

La inteligencia es un Don, que debería ponerse al servicio de la sociedad. Saber aprovechar los recursos que ésta nos brinda, en forma de educación, seguridad y bienestar, y enorgullecerse al poder retornar en su justo momento el servicio prestado. Puede ser mediante todo tipo de acciones: innovando, creando, educando, buscando y generando en definitiva el mayor grado de felicidad y bienestar posible para el entorno. Un entorno no sólo entendido en el ámbito humano o social, sino también medioambiental.

También hay que ser inteligente para saber elegir un entorno que favorezca el poder crecer y desarrollarse como persona. Hay que saber cuándo salir de la zona de confort para poder crecer, para avanzar. A veces da vértigo, no es siempre fácil. Pero nadie puede avanzar si no despega al menos un pie del suelo. Éste último ejemplo puede parecer exagerado, pero no lo es en absoluto para una persona que ha estado encamado durante algún tiempo tras una larga enfermedad. Si perdemos nuestra habilidad para evolucionar y adaptarnos a un entorno cambiante acabaremos apoltronados y estáticos. Una situación de crisis en la vida puede ser también una gran oportunidad para salir de esa zona, salir fuera. Cambiar de liana. Una liana que perdía velocidad y nos dejaba siempre estáticos, basculando sobre un mimo punto. Agarrar otra para poder seguir adelante, con más fuerza.

Al igual que la biga romana que ilustra esta entrada, el equilibrio entre estos dos vectores de movimiento hará que el conjunto sea ágil y potente, para así poder afrontar con éxito cualquier situación que podamos encontrar en la vida.

Para los más jóvenes

Valora en su justa medida tu inteligencia, considérala una herramienta al servicio de tu voluntad y que hay que domar. Como se doma a un potro. Si tienes la suerte tener una herramienta potente, aprende a usarla y úsala. No la dejes guardada en un cajón. Pero no olvides que es con la fuerza de voluntad y la constancia cómo se consiguen los mayores logros.

Aprende a conocerte, observa tus fortalezas y debilidades, y elige bien tu vocación y tu círculo de amistades. Acércate a aquellos que te puedan aportar algo, aquellos que puedan ayudarte a ser la mejor versión de ti mismo. Pero nunca menosprecies a nadie, ni dejes de ser humilde. Sólo así podrás mantener siempre una mente receptiva y un entorno favorable que te estimule día tras día.