Aforismo #3 – Manejar los asuntos con expectación
Aforismo #13 – Obrar con intención, con primera y con segunda
Aforismo #17- Variar el estilo de actuar
Aforismo #45 – Usar, no abusar, de las segundas intenciones
Aforismo #164 – Divulgar algunas cosas
Tabla de contenido
Reflexión
Para los más jóvenes
Referencias
Reflexión
Gracián explota en estos aforismos el concepto de la gestión y dosificación de la información, y lo hace mediante pinceladas aparentemente inconexas que giran entorno a este tema de forma desordena, incluso caótica. Da la sensación de que las hubiera ido compilando durante algún tiempo y las vomitara todas en este texto sin cuidar mucho la forma o conexión, algo que iremos viendo en múltiples ocasiones en esta obra. Vamos a ir desgranando y analizando cada idea por separado para ir haciéndonos una idea de lo que nos quiere comunicar.
Los aciertos adquieren valor por la admiración que provoca la novedad (af. #3)
La novedad, ¿por qué provoca admiración? En efecto, la falta de precedentes nos induce a pensar que ha habido continuidad en el pasado, que siempre ha sido acertado, y por lo tanto induce a pensar que así será también en el futuro. Pero ojo, porque esto ocurre también en el polo opuesto y puede convertirse en desventaja. Novedad que yerra nace moribunda. Es por esto importante siempre poner especial énfasis e interés en la forma de presentar una novedad.
Mostrar las cartas de primeras ni gusta ni es útil (af. #3)
Lo que impresiona al ver un iceberg no es lo que se ve a simple vista, sino lo que no se ve bajo la superficie, lo que se deja a la imaginación. No dar demasiados detalles y elegir el nivel de información adecuado puede ser de gran utilidad en el terreno táctico, por contra, abrirse demasiado y en primera instancia puede percibirse como falta de contenido o liviandad.
No descubrirse inmediatamente produce curiosidad, y si el puesto es importante surge expectación general. (af. #3)
Por el contrario, el hacerse esperar a la hora de mostrarse genera un interés genuino que mantiene al interlocutor atento y conectado al mensaje. Esta expectación se puede fácilmente propagar y acrecentar por si sola si la visibilidad y relevancia del sujeto es tal que abarque un colectivo amplio y suficientemente comunicado.
El misterio provoca veneración, por el mero hecho de ser secreto (af. #3)
Lo secreto atrae. Basta que nos digan que se trata de un secreto para que nuestro interés se acreciente, a veces de forma exacerbada. ¿Quién se ha resistido a no querer conocer un secreto? Por otra parte, el secretismo ha sido la miel que ha atraído a muchas a sociedades, como la masonería. El sentirse sabedor de un secreto nos hace sentir poder, sentir que tenemos más información que el resto y que tenemos el poder de decidir cuándo y cómo revelarla.
Incluso al darse a entender, se debe huir de la franqueza (af. #3)
La franqueza puede ser gratuita en ocasiones. No es necesario dar todo tipo de detalles sin necesidad, y no por eso se está mintiendo o faltando a la verdad. Saber dosificar la información y limitarla a lo estrictamente necesario suele ser la mejor estrategia como norma general.
Tampoco en el trato, se deben dejar ver los pensamientos íntimos a todos (af. #3)
La intimidad debe estar reservada a un círculo reducido. Mostrarse ligero a la hora de descubrir las intimidades al primero que pasa puede verse como despectivo con uno mismo e incluso grosero y vulgar.
El silencio recatado es el refugio de la cordura (af. #3)
El refranero popular está repleto de ejemplos que refuerzan esta afirmación. Refranes como… No hay mejor palabra que la que no se dice, son conocidos y ampliamente utilizados pero, ¿hasta que punto son correctos? De nuevo se trata de jugar a no descubrir tus cartas, decidir qué porción de información vas a poner en juego y cual va a quedar en la imaginación de los demás. Puede ser más efectivo en determinadas circunstancias que sean los demás los que complementen el mensaje poniendo ellos la pieza que falta, así con esto no solo economizamos sino que adaptamos la respuesta a cada interlocutor concreto. Pero hay que elegir bien los momentos y no abusar de esto por sistema. En ocasiones, no dar la respuesta adecuada en el momento oportuno puede ser contraproducente y contrario a los intereses particulares, además de favorecer malentendidos innecesarios.
No se estima una decisión si se hace pública, y al exponerse a la crítica, si es negativa, la mala suerte será doble. (af. #3)
El dar explicaciones públicas de por qué se toma una decisión, puede ser poco inteligente si no es estrictamente necesario. No se puede pretender que todo el mundo participe de las decisiones si estas no les atañen, a riesgo de favorecer la crítica improductiva, que además suele realimentarse generalmente de forma desbocada, generándose un efecto de bola de nieve difícil de revertir o controlar.
Es mejor imitar el poder divino para mantener a los hombres atentos y vigilantes. (af. #3)
Aquí Baltasar Gracián nos deja clara su condición de Jesuita e invoca a una Divinidad inaccesible que genera misterio y expectación, pero a la vez adoración y lealtad férrea, al menos para el creyente como él.
Variar el estilo de actuar. No obrar siempre igual. (af. #17)
Baltasar, en su obra, sugiere que juguemos al despiste. Evitemos ser previsibles (af. #13). Para ello pone un ejemplo que a mi me gusta mucho, … es más fácil matar al ave que tiene un vuelo uniforme que a la que tuerce su trayectoria (af. #17). Si se nos adivinan las intenciones, se nos anticiparán todos e irán por delante. El factor sorpresa siempre es importante. Pero la clave aqui no es actuar de una manera o de otra, sino variar continuamente para que no nos cojan la medida. Por eso cuando dice …Tampoco hay que actuar de segunda intención, pues entenderán la treta cuando se repita (af. #17). Se trata de cambiar el paso, amagar con querer hacer algo y hacer lo contrario. Pero hemos de ser astutos para no provocar desconfianza o recelo (af. #45) ya que podría volverse en nuestra contra. No podemos abusar de las segundas intenciones, actuando así de forma sistemática, tan sólo cuando la situación así lo pida y siempre con cautela.
Por último, hacer uso del concepto “globo sonda” (af. #164) usado hasta la saciedad en muchos ámbitos. Se trata de divulgar algo para ver lo que ocurre y saber el terreno que se pisa. Ver la reacción y en función de ella seguir adelanta con la iniciativa o retirarla. Esto pasa continuamente en política, se usa a la prensa mediante supuestas “filtraciones” y se espera a ver lo que pasa. Para poder hacer esto en nuestra vida cotidiana, si no nos dedicamos a la política, es bueno identificar lo que yo denomino contactos “altavoz” especialmente dotados para propagar rumores de forma indiscreta, a los que puedes exponerlos a señuelos que, en cuestión de días serán vox populi, para después desmentirlos en caso de que la reacción no sea la esperada.
Para los más jóvenes
Honesto si, pero no siempre transparente. Saber elegir el momento en el que hay que ofrecer más o menos información es un arte que hay que dominar. Es fundamental, en muchos ámbitos pero sobre todo en el laboral, aprender a ser breve. Cualquier ingeniero, y sobre todo en el ámbito del software, sabe si es posible diseñar algo con menos elementos (o lineas de código) sin perjuicio del propósito para el que esta pensado, mejor hacerlo simple. Así se reduciran significativamente las posibilidades de fallas y se aumentará la robustez y fiabilidad.
Esto es aún más importante si cabe en una entrevista de trabajo. Hay que mostrar siempre conocimiento, confianza pero cuidar de que el mensaje se ciña a lo que se pregunta en la entrevista. No por querer demostrar que se sabe mucho se obtendrán mejores resultados. Brevedad y concisión en la respuesta son elementos esenciales para una buena entrevista. Los entrevistadores suelen ser jefes a los que no les sobra tiempo, y necesitan tener la mayor información disponible en el menor tiempo posible. Piensa en ello.
Por último, aprende a despistar. Así tendrás ventaja sobre los demás y evitarás que te pongan zancadillas aquellos que vengan con mala intención, que lamentablemente no serán pocos. ¿Has visto alguna vez cómo jugaba al baloncesto Magic Jhonson? Era un jugador excepcional. Había algo que lo hacía imparable en un contraataque, era imposible adivinar cómo sería la jugada. Jugaba al despiste de una forma magistral.
Referencias

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Fantástica reflexión¡, Me va ayudar mucho¡, ayudará mucho¡, me ha gustado lo de ….” no hay mejor palabra que la que no se dice ….”, 😊 ¡
Genial¡,
Magui